miércoles, 26 de febrero de 2014

V-IV TEOLOGÍA BREVE HISTORIA DEL SACRAMENTO PENITENCIA

2. HISTORIA DE LA CELEBRACIÓN (Breve historia de la celebración)
El sacramento de la penitencia es el rito que más cambios ha tenido, influido por la cultura y las acentuaciones teológicas de cada época. En él aprendemos la libertad que tiene la Iglesia para tratar los sacramentos, sin apartarse de sus elementos esenciales. Es decir, aquello que el Señor instituyó y que la Iglesia formalmente ha declarado ser el contenido y lo fundamental de cada rito.
2.1      Prehistoria del sacramento de la penitencia
2.1.1   En la historia de las religiones
En todos los pueblos han existido ritos de expiación, por ser tales, suponen en  la existencia del individuo o de la comunidad, de un algo que ha creado una enemistad con la divinidad. A menudo este estado de enemistad se percibe cuando surge algún mal (dolor, persecución, desastres físicos, económicos, muerte), el cual sería revelador de que se ha violado una ley moral, se ha incurrido en algún pecado, o sea se ha violado un tabú.
2.1.2   En la Antigua Alianza
En cuanto al A. T. toda la historia de la revelación se puede dividir en dos momentos: alianza y penitencia, en el sentido de que la alianza, eterna por  parte de Dios, solo ha podido existir en el pueblo de Israel, en virtud de una continua predicación de la penitencia por parte de los profetas (Jl 1,13-15; 2,12-19; Am 4,4-12; Is 63,7-64,1-8; Esd 9,5-15), particularmente Ne 9,1-10, que se presenta como una verdadera liturgia penitencial
El día litúrgico por excelencia del AT el llamado yom ha kippurin o también yomḠ(el día por excelencia), de el se habla en Lv 16 y 23,26-32. En el NT se mencione en Hech 27,9, con el nombre de día de ayuno, y su rito está como trasfondo en: Hbr 6-10 para explicar el pleno valor redentor de la muerte de Cristo.
Se está de acuerdo en reconocer en Lv 16 la fusión de ritos diversos por su origen y su época. Probablemente el rito de purificación es el más antiguo y primitivo. Situado a comienzos de año, según el antiguo calendario y, ambientado en el desierto, conserva aún vestigios mágico-naturales: los pecados del pueblo son transferidos a un macho cabrío a través de la confesión del sacerdote y la imposición de manos, y este es entregado a merced del demonio Azazel,  que habita en el desierto.
También el Bautismo de penitencia de Juan podemos reducirlo a una liturgia penitencial (así se lo presenta: Mt 3,11; Mc 1,4; Lc 3,3; Hch 13,14; 19,4), que llevaba consigo una “confesión de los pecados” (Mt 3,5; Mc 1,5). La penitencia conversión consistía en una vuelta, en un regreso a Dios (Lc 1,16-17), que mostrase a los Israelitas, en su obrar,  como verdaderos hijos de Abraham y les devolviese a la alianza del pueblo de dios.

2.2.     Historia del sacramento de la penitencia
2.2.1   Sus orígenes neo-testamentarios
Ø  En los Evangelios
Cristo comienza su misión profética recogiendo el tema de la penitencia conversión que había sido propio del bautista (Mt 3,11; Mc 1,4). Después de que Juan fuera arrestado Jesús comenzó a predicar y a decir: conviértanse por que está cerca el Reino de los Cielos (Mt 4,1-17; Mc 1,14-15). Es una llamada general. Es una llamada general.
La misión propia de Jesús: llamar a los pecadores (Mt 9,13; Mc 2,17) y especifica que ha venido a llamarlos para que se conviertan y vivan (Lc 5, 32).
Consecuencia de la llamada ala conversión: la remisión de los pecados para aquellos que dan signos de conversión, aceptando la fe en Cristo. Por ej. El paralítico y la pecadora (Mt 9,2; Lc 7,48-50).
La penitencia consiste en una actitud de conversión, que lleva consigo el perdón, que simplemente se concede. No aparece para nada una especie de “liturgias penitenciales”, aunque se de una especie de proceso para el pecador (Mt 18,15).
Ø  En la Iglesia Apostólica
Los Apóstoles siguiendo el mandato de Cristo, anuncian la penitencia conversión y el correspondiente perdón de los pecados: Hch 3,19.26; 10,43; 13,38, como acontecimientos ligados a l misma misión de Cristo y a la fe de los creyentes.
En Hch 2,38, vemos que la conversión-perdón de los pecados está unida al bautismo. Verdadera liturgia penitencial, que al abrir el camino al bautismo de Cristo, introduce en una nueva esfera de vida. Se instaura una penitencia bautismal.
Surge la pregunta, si en la época apostólica hay o no  un rito penitencial que no sea el del bautismo y que tenga el mismo efecto dela remisión de los pecados…
De acuerdo al Padre Marsili, lo que queda claro en la Iglesia Apostólica:
a.         En la iglesia Apostólica existen pecados y pecadores (1 Co 5,11).
b.         Sobre estos pecados y pecadores la Iglesia y los jefes de la Iglesia dan un juicio 1Co 5, 3-4.
c.         Este juicio puede llevar a establecer la necesidad (o sea la pena correspondiente) de una separación (1Co 5,2.13; Rm 16,17).que es ser entregado a merced de Satanás (1Co 5,5; 1 Tm 1,20).
d.         El juicio de separación se da en nombre  “por el poder de Cristo” (1 Co 5,4).
e.         El juicio de separación se da con vistas a una conversión del pecador que no deja de ser un hermano (Ts 3,15) y por lo tanto hay que salir al encuentro con benevolencia (2 Co 2, 6-7).
f.          Si al juicio sigue la conversión-arrepentimiento, el pecador es perdonado (2 Co 2,10).
De estos elementos no se traduce la existencia de una forma ritual de penitencia. Se encuentra ya los elementos esenciales para la formación y el ejercicio de un sacramento que, más adelante, encontramos en la continuación de la historia y teología de la Iglesia: la confesión explícita de los pecados, la imposición de, manos, y todo ello hecho en nombre de Cristo.
2.2.2   Desarrollo histórico del sacramento de la penitencia
Periodos en el desarrollo de la penitencia, que cada vez, va asumiendo contornos cada vez más nítidos, respecto de la naturaleza ritual-sacramental.
1º (II-VI) penitencia canónica
2º (XVII-XII) la penitencia tarifada
3º (XIII-XX) la penitencia de confesión, época pos-tridentina
4º (XX… la penitencia de reconciliación, reforma del V II.

1º        De los siglos II-VI  penitencia canónica
Se hace más clara tanto la existencia como la forma y la organización de la penitencia sacramental, que en esta época se llama de varias maneras: penitencia, segunda penitencia, penitencia pos-bautismal, penitencia canónica, penitencia eclesiástica
a)                Existencia
Contexto polémico. Mientras que en el cristianismo apostólico, la penitencia era una realidad que progresaba pacíficamente, en el siglo II se convierte en un hecho traumático para una parte de la Iglesia que, preocupada por las recaídas en el pecado, de pronto creyó tener que restringir la posibilidad de la penitencia sacramental (Pastor de Hermas, Tertuliano “De paenitentia).



b)                Forma
La penitencia antigua se articulaba en tres momentos:
1º  confesión del pecado, secreta, al obispo o al presbítero encargado. Así se era admitido entre los penitentes, que junto con los catecúmenos y los fieles formaban las tres clases de que se componía la Iglesia.
2º   Obras penitenciales ayunos prolongados y en la prohibición de comer carne y beber vino; vestido humilde (saco) orar de rodillas, solicitar las oraciones de los demás durante la liturgia.
3º    Reconciliación o paz. Era el rito con el cual, mediante la imposición de manos del Obispo y de todo el clero presente, se daba la remisión de los pecados y la readmisión –de modo visible- en el seno de la asamblea eclesial. Desde el siglo IV el rito de la reconciliación tenía lugar durante la mañana del jueves santo.
c)    Organización
La penitencia se requiere siempre y solo para las culpas graves, públicas u ocultas. Aunque la Iglesia nunca aceptó la distinción entre pecados perdonables e imperdonables, siempre conoció la distinción entre culpas graves y pecados cotidianos. Por lo tanto conoce también una penitencia ordinaria o cotidiana que consiste en hacer cualquier clase de buenas obras (S. Agustín) y la penitencia extraordinaria, laboriosa para las culpas graves.
La penitencia canónica de los siglos II-VIII solo se puede hacer solo una vez en la vida y se retrasa lo más posible (a veces hasta el fin de la vida) a juicio del obispo. A los penitentes les estaba prohibido asumir cargos públicos, comerciar, ser admitidos a las órdenes sagradas, casarse…
El mismo rigor que pretendía levantar la vara de la vida cristiana, en la practica impulsaba a muchos a escapar de este sacramento no pidiendo la penitencia, alejándose de la Iglesia d¿ y de la Eucaristía, permanecían atrapados entre el remordimiento de los pecados y la falta de coraje para enfrentar la penitencia publica. Se convierte  la penitencia canónica, de esta manera, en el sacramento de los ancianos y de los moribundos.
d)    Observaciones sobre la antigua penitencia canoníca
Positivo: su lazo con el bautismo, su sentido eclesial, y su valor pedagógico.
Negativo: alejamiento de muchos fieles, el rigor de las obras de penitencia (la pena exterior) versus la gratitud del perdón (perdonar 70 veces 7). La duración e intensidad de la penitencia.


2º Siglos VII –XII: la penitencia tarifada
a)    La entrada en vigor
Junto a la penitencia anterior aparecen síntomas de un cambio penitencial. Hay algunos que ya no aceptan una única penitencia en la vida sino que piden la reconciliación con el presbítero cada vez que lo deseen.
Pastor de Hermas: (140) Tertuliano: fin 100 -200
En 589, el III Concilio de Toledo Ordena severamente atenerse a la “forma de los antiguos canones de la penitencia”. El Sinodo de (Chalon-Sur Saone,  Francia,644), ae expresa en términos muy diferentes: “los obispos están de acuerdo, por unanimidad, en que a los penitentes se les de la penitencia cada vez que hagan la confesión”. Algunos obispos, solo en algunos casos, conceden la reconciliación inmediatamente después de la confesión del pecado sin imponer ninguna penitencia ni publica ni privada, sino solo diciendo: a ejemplo de Cristo: “no peques mas”…

b)    Los libros penitenciales
El desarrollo mas evidente de la penitencia privada en los siglos VII-VIII es la aparición de los libros penitenciales venidos desde Irlanda e Inglaterra, estos establecen elencos y listas de pecados, que llevan anexa la pena correspondiente que hay que imponer al penitente por cada uno de los pecados (tarifa –tasa).
 El sistema tuvo éxito a medias y siguieron estando en vigor los libros penitenciales para la penitencia privada, pero se estableció que los pecados públicos y notorios estuvieran sometidos a la penitencia publica basándose en el principio: “a pecado grave oculto, penitencia secreta, según la tarifa; a pecado grave publico, penitencia publica, según el sistema antiguo”.
c)    Conmutaciones o rescates
Era evidente que la aplicación de la tarifa prevista para cada pecado, podía tener el resultado de que, al final de una sola confesión, se sumaran muchos años de penitencia. Para evitar acumulaciones penitenciales, que luego fueron imposibles de practicar, se inventaron las conmutaciones o rescates de la penitencia que podían hacerse de varios modos, según cálculos ya previstos.
ü  La penitencia de una cierta duración se conmutaba por otra mas breve pero mas severa.
ü  Penitencia conmutada recatada con dinero; por ej. Un año de ayuno se rescataba con 26 sueldos de oro (donados a los pobres o a la Iglesia.
ü  Penitencia conmutada rescatada con la misa, a sea, haciendo celebrar cierto numero de misas cuyo pago correspondía al valor de la penitencia impuesta.
ü  Penitencia conmutada rescatada por medio de otra persona, invocando para ello el precepto evangélico de llevar unos las cargas de los otros.

d)    Observaciones sobre la penitencia tarifada
Positivo: la posibilidad de reiterar el perdón y acceder mas fácilmente al sacramento. Negativo: la insistencia  casi matemática en las personas en que por hacerse tan difícil su cumplimiento, se pueden conmutar o reducir. En este contexto se destacan solo dos momentos: la confesión y reconciliación. Por esta época la penitencia que solo se concedía una vez en la vida, ahora es obligatoria una vez al año, por  orden del  IV concilio de Letrán (1215).
Ø  Del siglo XII a la época pos tridentina: la penitencia de confesión.
La confesión, por la vergüenza de decir los pecados se convierte en signo de expiación, la importancia de los actos del penitente se concentraba en la confesión de los pecados. Se le agregada un sentido humillación-vergüenza que había de soportar. Por lo tanto la concesión del perdón por parte de Dios se atribuía en su mayor parte a la confesión: la acción de reconciliación “que se va llamando cada vez mas absolución”, de hecho era tenida mas bien, por una especie de declaración autoritaria, con la que el sacerdote confirmaba el perdón alcanzado por parte de Dios.
Según santo Tomas dar ala absolución un valor puramente declaratorio  rompe, en la practica, la unidad sacramental, en la cual la acción del hombre no puede ser separada de la de Dios si se quiere que haya sacramento. Usando las categorías de materia y forma, la una exige a la otra: la confesión exige la absolución y la absolución presupone la confesión para formar así una realidad sacramental llamada penitencia.
El concilio de Trento, influenciado especialmente por el pensamiento de santo Tomas, tiene la preocupación de dar un cuerpo doctrinal, tanto en este caso  como para los demás sacramentos.
a)    La penitencia conversión siempre fue necesaria para el hombre. Para el cristiano se convierte en un sacramento, por la institución de Cristo.
b)    Que el sacramento fuera instituido por Cristo se deduce principalmente de Jn 290,22s:
c)    El sacramento se compone de diferentes partes: una constituida por todos los actos del penitente, que son: la contrición (perfecta o imperfecta), la confesión y la satisfacción; la otra esta constituida por las palabras del ministro. Yo te absuelvo…
d)    La confesión es la acusación integra  de todos los pecados mortales y de las circunstancias que pueden cambiar la especie del pecado.
e)    La absolución de los pecados confesados no es solo una declaración de perdón  de los pecados sino que alcanza su efecto (remisión de los pecados) a modo de acto judicial, de modo que puede declarar extinguido el delito y dejar libre al reo absuelto.
f)     La satisfacción que se impone en la penitencia tiene una doble finalidad:
ü  Es aceptación de una pena (sufrimiento-dolor) que debe rescatar del todo o en parte la pena aun debida por el pecado, cuya culpa ha sido remitida con la absolución.
ü  Es un medio para hacer más cautos y vigilantes a los pecadores en el futuro, mientras que contribuye a curar de los malos hábitos inducidos en el alma con el pecado.
En el periodo que siguió al C. de Trento la situación teológica no cambia en la práctica. Lo que más resalta fue el desarrollo de la pastoral de la Iglesia, que impulsa cada vez más la confesión como se le llamaba, es decir, la confesión frecuente, a diferencia de la penitencia antigua no está reservada solamente a los pecados  mortales (graves), sino que se extiende  a todos los pecados veniales (se crea entonces la confesión de devoción), factor de progreso espiritual y necesaria para la purificación antes de acudir a la Eucaristía.

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